El objetivo de esta lección es ayudarnos a entender la responsabilidad que tiene el padre de planear y proveer a fin de satisfacer las necesidades de su familia.
Introducción
Un Profeta del Señor dijo: “La familia es la organización más importante en esta vida o en la eternidad. Nuestro propósito en la vida es crear nuestra propia unidad familiar eterna” .
Una familia eterna es una familia patriarcal, lo cual significa que el padre es el cabeza de esa familia y que el esposo y la esposa se han sellado en el templo; todas las unidades familiares deben tomar el modelo de la familia eterna y el padre debe actuar como el verdadero cabeza de su familia.
El padre debe proveer para satisfacer las necesidades de su familia
Las Escrituras nos enseñan que el padre es el cabeza de familia (véase Efesios 5:23) y, como tal, debe proveer para satisfacer las necesidades físicas y espirituales de la misma . Este deber sagrado, impuesto por el Señor, es la labor más importante que un padre pueda realizar. El presidente David O. McKay declaró que “ningún éxito en la vida puede compensar el fracaso en el hogar”
Es en la familia donde debe cuidarse a los niños y enseñárseles principios eternos. El presidente Harold B. Lee dijo: “La obra del Señor más importante será la que efectuemos dentro de nuestro propio hogar” . Ningún otro maestro puede influir positivamente en nuestros hijos tanto como podemos hacerlo nosotros como padres; por esta razón, debemos enseñar a nuestros hijos tanto por nuestras palabras como por nuestro ejemplo. Tenemos la promesa de que si nos sellamos en el templo a nuestra esposa e hijos y vivimos fielmente los principios del Evangelio, podremos vivir juntos como familia eterna en el reino celestial
El proveer para satisfacer las necesidades físicas de la familia
Como padres, se espera que proveamos para satisfacer las necesidades físicas de la familia, para lo cual debemos:
Trabajar en una ocupación honrada a fin de proveer para satisfacer las necesidades de la familia.
Presupuestar los recursos familiares en cooperación con nuestra esposa.
Enseñar a nuestros hijos a trabajar.
Dirigir un programa de producción y almacenamiento en el hogar.
Las Escrituras modernas nos enseñan que quien puede trabajar y no lo hace “no comerá el pan ni vestirá la ropa del trabajador”. El Señor ha dicho que a menos que el ocioso cambie sus costumbres, no recibirá las bendiciones que recibirán quienes trabajen, y quizás no mantendrá su lugar en la Iglesia). Naturalmente, no importa el trabajo a que nos dediquemos, siempre que sea honrado y satisfactorio.
Junto con su esposa, un esposo debe organizar el presupuesto familiar; los ingresos que éste aporta no son solamente suyos, sino que pertenecen a toda la familia; él es simplemente quien los administra y el que es responsable de que se satisfagan las necesidades financieras de cada miembro de la familia, y no solamente las de él. Cuando pone su mejor esfuerzo para proveer para satisfacer las necesidades físicas de la familia, el Señor le bendecirá, y su esposa e hijos podrán llevar adelante sus propias tareas en el hogar.
“Las familias que trabajan mancomunando esfuerzos son bendecidas temporal y espiritualmente”.
Debe instarse a los niños y permitir que reciban tanta educación académica como sea posible a fin de que estén preparados para una vida de trabajo. Si es posible, no debe truncárseles la formación académica para que trabajen, lo cual no significa que no deben tener nada que hacer en el hogar. El presidente Harold B. Lee exhortó a los padres a fin de que asignaran tareas especiales a los hijos con objeto de evitar que se aburran y para que, de este modo, desarrollen buenos hábitos de trabajo (véase “Preparando a la juventud”,
“¿Cuáles son algunas de las tareas que como familia pueden realizar para enseñar a sus hijos a trabajar? Cuando nos vemos incapacitados de proveer para satisfacer las necesidades físicas de nuestra familia, ¿dónde podemos obtener ayuda? (Primero debemos buscar la ayuda de los miembros de la familia y de los parientes que estén en condiciones de ayudarnos. En caso de que no puedan hacerlo, debemos dirigirnos a la Iglesia y ponernos en contacto con los líderes de nuestro quórum. Debemos ponernos en contacto con las agencias de bienestar del gobierno solamente si la Iglesia no pudiera ayudarnos de la forma que necesitamos.)
El proveer para satisfacer las necesidades espirituales de la familia
Para satisfacer las necesidades espirituales de la familia, podemos:
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